Enfermedades comunes en los árboles

Enfermedades comunes en los árboles

El cambio climático y la necesidad de aumentar la masa arbórea en las ciudades, y demás entornos humanos, ha despertado el interés por protegerla de los cada vez más intensos ataques de plagas y enfermedades.

Aunque puedan presentar un aspecto saludable, muchos árboles están siendo atacados por algún tipo de insecto o están enfermos. Aproximadamente, el 95% de las enfermedades que sufren los árboles son derivadas del ataque de hongos, aunque también pueden producirse por virus y bacterias.

Lo más importante, en estos casos, es saber detectarlos a tiempo, solo de este modo se podrá actuar con prontitud y salvar la vida del árbol. 

A continuación, se presentan los tipos de plagas y enfermedades que con más frecuencia sufren los árboles y que suelen provenir del ataque de diversos hongos.

  1. El hongo de la miel

Es peligroso y muy difícil de identificar, ya que el aspecto que ofrece el árbol afectado, tanto en las coníferas como en arbustos y plantas trepadoras, es similar a los daños por sequía, por sufrir las consecuencias de un derrame de combustible o por un exceso de fitosanitarios.

El árbol se marchita, se seca y se pudre el tronco hasta las raíces. Para luchar contra este temible hongo habrá que desinfectar varias veces el suelo, sin embargo, no será suficiente. Los cuidados sobre la planta deberán intensificarse procurando cuidarlo, con un drenado que evite el encharcamiento.

  1. La enfermedad de los setos o Fitóftora

Este mal que, como cabe suponer, es muy común entre los setos, también ataca con voracidad a árboles como los tejos, los cipreses o los cedros. La fitóftora amarillea y marchita las hojas, dejándolas completamente marrones. El árbol se pudre interiormente por completo. Es una enfermedad que aparece cuando el riego es excesivo o existe mal drenaje, por lo que es bastante común en jardines y macetas, ya que las raíces se asfixian

  1. El oídio, cenizo o mal blanco

El popular cenizo proviene del trabajo dañino que llevan a cabo la mezcla de varios hongos. Aunque hay árboles que son más propensos que otros a sufrir esta enfermedad, en todos se presenta en forma de polvillo blanco o gris en las hojas, quemándolas y provocando su caída.

Las temperaturas suaves y zonas húmedas favorecen su aparición. Afortunadamente, el oídio se puede tratar con determinados fungicidas, aplicándolos directamente sobre las hojas para que penetre en ellas y expulsen a los hongos. 

  1. La negrilla

Otro hongo, aunque en este caso es famoso por su persistencia en muchas enfermedades e incluso está presente en la mayoría de las plagas (cochinillas, moscas blancas, pulgones…), ya que estos insectos segregan una sustancia beneficiosa para este hongo.

Es urgente acabar con estas plagas rápidamente pues, en poco tiempo, aparecerá la negrilla y acabará con la planta. Aparentemente es como un polvillo negro, seco, que se verá sobre las hojas, que las arrugará y afeará en poco tiempo. 

  1. La roya 

Si se ven bultos de pequeño tamaño de color rojo (amarillos, naranjas o castaños en menor medida) sobre los tallos y hojas, estamos ante esta enfermedad causada por varios tipos de hongos. El efecto es rápido, las hojas se secan y se caen. Fundamentalmente aparece cuando ha llovido mucho, en primavera y otoño si se dan temperaturas suaves.

En cuanto aparezcan habrá que retirar las ramas y las hojas que se vean infectadas para que no se propague. También habrá que fumigar cada 10 días, aproximadamente, si no es la primera vez que aparece. 

Las que siguen a continuación son las plagas más habituales, es decir, ya no son hongos, sino pequeños insectos que sienten afinidad por diferentes árboles.

El número es bastante amplio por lo que se ha realizado una clasificación en dependencia de la parte de la planta a la que atacan. Según esto, existen los descortezadores, barrenadores, defoliadores, carpófagos y cogolleros.

Los descortezadores

El alimento fundamental de estos animales es el cambium del árbol, es decir, el tejido que les sirve para crecer. En este proceso se cae la corteza, por lo que se deseca y se expone a diferentes patógenos. En su mayoría son escarabajos los que viven debajo de la corteza y, al alimentarse del tejido mencionado, pueden llegar a producir la muerte de la planta.

Los carpófagos

Con este nombre se conoce a los animales que se alimentan de las frutas y frutos e incluso semillas. No acaban con el árbol en sí, pero le quitan la capacidad de reproducirse y regenerarse. Larvas de polilla y de mariposa o escarabajos son los más comunes.

Los desfoliadores

En este caso el ataque biológico se centra en el follaje, consumiéndolo o tirándolo y, por lo tanto, reduciendo la capacidad natural que posee el árbol para llevar a cabo la fotosíntesis, debilitándolo notablemente. Estos insectos son orugas, principalmente.

Los cogolleros

Estos otros animales tienen una dieta altamente especializada, ya que se alimentan solo de los brotes, esto significa que le están quitando al árbol toda posibilidad de crecimiento. Además, su actuación termina por desfigurarlos. La oruga militar o gusano cogollero es el más conocido de estos cogolleros.

Los barrenadores

Los barrenadores, por su parte, son organismos que se alimentan de la madera. Llevan a cabo galerías excavadas en el tronco del árbol, por esto mismo, porque están atacando a la parte muerta de la planta, no son demasiado peligrosos.

Lo que puede llegar a ocurrir es que consuman tanta madera que el propio tronco quede, como estructura, debilitada, afectando de manera decisiva a los conductos que llevan el agua hasta las ramas y hojas. Lo peor de estos insectos no es lo que comen, sino lo que transportan, ya que portan organismos patógenos muy peligrosos. Son insectos larvarios, fundamentalmente, el más conocido es la termita. 

Los muérdagos

Este último ejemplo no es un animal, sino un tipo de planta parasitaria que es capaz de provocar tantos o más daños que las enfermedades y plagas mencionadas anteriormente. Y es que, sobre muchos árboles, es posible que se desarrollen estas plantas que se dedican a robar sus nutrientes y retrasar su crecimiento. El muérdago europeo es la planta parasitaria más famosa, por eso mantiene este nombre.

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